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jueves, 1 de noviembre de 2012

Nada es igual


Era una mañana fría aunque soleada, Anais se despierta; era bastante temprano.
¡Oh!, que bien se esta entre las sabanas, piensa. Poco a poco se levanta, se sienta en la cama, se despereza y busca juguetonamente sus zapatos; al fin los encuentra y se los pone, los ata con fuerza; se dirige hacia el baño, le encanta lavarse la cara con agua fría, ¡qué sensación tan maravillosa!. Mientras el agua cae por su rostro se mira al espejo, ha perdido algunos kilos en unas semanas, pero aun así, qué bella se veía, su piel tersa y joven, sus ojos azules que tantos corazones había enamorado y roto, su pelo largo y rubio...
¡Boom! De repente un ruido fuerte la saca de sus pensamientos y la devuelve a la realidad ¿que habrá sido eso? se pregunta.
¡Boom! parecía que el sonido provenía del salón, tenía que cruzar un pasillo largo y oscuro...iba hacia el salón, sabiendo que no encontraría allí a su querida y fiel perrita dándole los buenos días saltando y moviendo su colita, o su madre preguntándole que iba a querer para desayunar, tan solo le quedaban unos pasos para entrar al salón, cuando lo vió. Sus peores pesadillas se hicieron realidad; allí estaba uno de esos seres con los ojos inyectados en sangre mirándola con rabia irracional y con los brazos hacia delante queriéndola agarrar.
Anais no sabe como ese ser consiguió entrar pero allí estaba, decide salir corriendo, va hacia la puerta y sale de aquella casa que durante semanas la había echo su hogar, corre y corre sin mirar atrás y sin saber a donde va, poco a poco se da cuenta que no controla la situación, que esta siendo empujada por el pánico. En ese momento se siente cansada, siente como sus piernas le pesan, su respiración es entrecortada y forzada, su garganta se seca, no pueda más pero sigue corriendo no quiere morir y mucho menos de esa forma.
De repente todo a su alrededor se nubla, todo parece ir mas despacio no entiende qué le esta sucediendo, siente un gran quemazón en el pecho, cae al suelo. Cierra los ojos imaginando cientos de dentelladas desgarrándole todo el cuerpo, músculos, tendones...algunas lágrimas brotan de sus ojos...sabe que morirá pero lo que mas le asusta es saber que en cuestión de horas sera uno de esos seres que debía de estar muerto pero por alguna razón vuelven a la vida llenos de rabia esperando la víctima perfecta.
Siente que tiran de ella "se acabo, es el fin" se dice en su mente una y otra vez...pero no siente nada, no siente dentelladas en su cuerpo, no entiende qué es lo que pasa "¿estaré ya muerta?" de repente escucha que alguien le habla.
-¿Estas bien?, responde por favor.
 -Esta muerta Carlos le han mordido! vamos déjala ¡larguémonos!
-¡No! no esta muerta se que no...por favor espera un poco
-Vayámonos, esas cosas se acercan y no podremos salir de aquí, nos quedaremos atrapados. -Anais quiere decir que esta bien que no esta mordida pero tiene la garganta seca y no emite ningún sonido...
-¡Vámonooos rápido!! -Anais sabe que o hace algo o la abandonaran a su suerte. Con mucha fuerza consigue decir que esta bien...
-Eh esperar ¡esta hablando! - Por fin consigue abrir los ojos, ve a un joven que tendría su misma edad mirándole, era moreno alto y corpulento, con ojos color miel y una barba un poco descuidada, le pareció muy guapo y se sonrojó
-Hola, me llamo Carlos estos son José y Sofía!
-Hoo, holaa pudo al fin decir.
-¿Cómo te llamas?
-Yo, yo, me llam...
-¡Vamos! ya habrá tiempo para presentaciones tenemos que irnos ¡Ya! -La levantaron casi sin esfuerzo y volvieron a la calle.
Entonces Anais lo vio todo algo mas claro...había corrido durante mucho tiempo pues se encontraba lejos de donde estaba, lo que ella llamó hogar, estaban en una tienda donde suponía esos chicos habían entrado a por provisiones cuando la vieron huir de esos seres, se tuvo que desmayar cerca y decidieron salvarla. Tuvo suerte y ella lo sabe.
Corrieron, escondiéndose entre los coches estrellados que había por toda la calle, corrieron un par de calles mas hasta llegar a una casa que parecía muy pequeña y vieja; entraron a toda prisa
-¡Uff!, por poco -Dijo aquella niña.
Apenas pudo fijarse en ella, era una niña de no mas de 10 años, de ojos verdes y pelo largo y castaño, qué guapa que era.
-¡Hola! le dijo Sofía con su cara sonriente ¿como te llamas?
-Me llamo Anais.
-Hola Anais, encantada soy Sofía.
-Yo soy Carlos. -El otro chico le pareció que sería José, un chico delgado y no muy alto, de tez blanca, de pelo rubio y ojos claros...
-Yo soy José -Le dijo al fin. - No parecía cómodo con la presencia de Anais, se fue a otra sala.
 -perdónale estamos cansados y hambrientos, el salvarte supuso gastar unas energías que no tenemos y...
-No te preocupes. -Dijo de repente Sofía -Es un buen chico solo algo tímido y gruñón. -Anais sonrió, no lo podía creer pero por una vez en estas semanas se sentía...¡Segura! era una sensación tan extraña y maravillosa a la vez. Sonrió con mas ganas.
-Y bueno... ¿que hacías corriendo por medio de la calle sabiendo que  todas esas "cosas" están por todos lados y que te persiguen? -Pregunto Carlos, -¿es que querías suicidarte?
-¿Qué? No, yo no... -¿es que querías suicidarte? esas palabras resonaron en su mente..
-¿Entonces que hacías? - pregunto Sofía que había cogido un trozo de alguna chocolatina y se la daba para que la compartieran las dos.
-Gracias, yo...también me escondía en una casa, me sentía segura en ella, pensaba que no podrían entrar, pero me equivoque, escuche un ruido y allí estaba una de esas "cosas" y me deje llevar por el pánico, fui una tonta lo sé... -Anais se sentía avergonzada por haber puesto en riesgo su vida y la de ellos de aquella manera
- Y ¿por donde entró?
- No lo sé, creo que por una ventana alta que se rompió hace unos días tras una fuerte tormenta, quise repararla pero pensé que no pasaría nada... qué equivocada estaba...
-Bueno, estarás cansada. Nosotros lo estamos, come algo y descansa ya tendremos tiempo para seguir conociéndonos - dijo Carlos con una gran sonrisa en su cara, a Anais le pareció una sonrisa preciosa, ooh que guapo era..., se sonrojo de nuevo, cogió otro tozo de chocolatina y se tumbo en unos cojines, sonríe y cierra los ojos, siente que al fin podrá descansar.

@Anamitq 

3 comentarios:

Pilar Giralte (Aishabatgirl)

Bienvenida al tintero de las ilusiones.
Cuidado con los zombis malos, que no se te rebelen cuando escribas sobre ellos, jajaja.
Sigue con esa ilusión.
Gracias.
Un beso

Anabel Muñoz

¡Muchas gracias! yo puedo con esos zombies malo jaja.

Un besazo!

Anónimo

Bien, bien

Me encanta, pero ahora me quedo con la duda que va a pasar con Anais
Sigue escribiendo,

Saludos,

Alejandro.

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