Hola, mi nombre es Guillermino Serrano y tengo un problema... Tengo miedo a los payasos. Sería algo sin importancia de no ser por mi profesión... Soy un payaso. Y cuando digo payaso digo payaso de pura cepa, no uno de esos que forman parte del gremio y que lo único que hacen es enturbiar y desprestigiar la profesión como un árbitro de fútbol, un presidente de empresa, una modelo politoxicómana o un político. No... Yo soy un payaso de los de nariz roja, cara pintada y ropajes chillones. Soy Willy el Payaso...
(Se enciende la luz y se ve a Willy el Payaso)
INICIOS
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(Está Willy el Payaso sentado en un sofá. Tiene un vaso de agua y bebe a sorbos regulares)
Bien... Como he dicho antes, soy Willy el Payaso y tengo lo que científicamente se conoce como coulrofobia y que en el argot popular es llamado miedo a los payasos... Soy un payaso que tiene miedo a los payasos. Un hombre que se tiene miedo a sí mismo. Ya sé lo que estarán pensando: '¿te estás quedando con nosotros Willy? Si tampoco eres tan feo como para tenerte miedo... Si Quasimodo podía mirarse a un espejo, ¿por qué tú no?' Me lo han dicho millones de veces los psiquiatras y, o, u psicoanalistas a los que acudí desesperado en busca de una solución a mi problema. La primera reacción de los especialistas es la de reírse descaradamente, después la incredulidad y finalmente, el desconcierto. 'Es el caso más raro que he visto en mi vida...', suelen decir todos. Es un caso extremo, lo reconozco. Pero mi miedo es real...
(Se va la imagen a una consulta psiquiátrica)
Hola, soy Rigoberto Mangorreidía y soy el actual psiquiatra del señor Guillermino Serrano... La verdad es que yo cuando lo vi por vez primera tumbado en el diván pensé que se trataba de una coña. Pero no... Es un caso extremo. ¡Un payaso que tiene miedo a los payasos! Lo primero en lo que piensas es: 'Esto parece sacado de una película de Almodóvar'. Ojo, de las primeras... Esas películas sí que eran idas de olla y lo demás tonterías. Pero bueno, volviendo a Guillermino, uno escucha su historia y se da cuenta de que es un hombre atormentado y traumado desde su más tierna infancia...
(Se vuelve al salón de Willy el Payaso)
¿Desde cuándo tengo este miedo? Desde el primer momento... Verán, yo vengo de una estirpe de rancio abolengo de payasos. Todos payasos famosos, célebres... Payasos de pura cepa. Soy como los caballos: un pura sangre dentro del mundo payasil. Mi miedo se remonta al mismo instante de mi nacimiento. Mis padres desconfiaban de los médicos de los hospitales de la región porque decían que eran todos unos payasos y ya que a mi madre la iba a acabar asistiendo un payaso, preferían que lo hiciera un profesional. Así pues, ingresaron a mi madre en el Hospital de Payasos de San Vicente de la Barquera y allí vi la luz. Nada más asomar la cabeza por el canal del parto, mis pequeños ojos toparon con una monstruosidad: un hombre con bata blanca, una nariz roja enorme, una peluca rizada de color azul y la cara totalmente pintada de blanco. Al verlo me acojoné bastante y traté de volver a dentro, a ver si así desaparecía ese hombre. Estuvimos forcejeando cerca de veinte minutos si no recuerdo mal, tengan en cuenta que era muy chiquito y que la memoria me falla... Me sacaba, conseguía revolverme y me metía para adentro otra vez. Mi madre estaba desquiciada. El doctor, desesperado. Mi padre llegó a pensar si no hubiera sido mejor ir al Hospital Universitario. Creo que fue la única crisis de fe que tuvo el buen hombre en toda su vida. Yo estaba asqueado. Esperpéntico. Al final no sé cómo el doctor consiguió sacarme. Lo tuve frente a frente, pude ver su gesto, su cara pintada... Todo. Y rompí a llorar. No hizo falta que me pegara en el culo. Lo hice solo...
(Se vuelve a la consulta del psiquiatra)
Lo más curioso de Guillermino es que tiene una memoria prodigiosa. Fíjense que debido a la fascinación que siento por él, lo invité el otro día a comer en casa y se acordaba del nombre y además era capaz de diferenciar a mis ocho hijas (que son octillizas) y además, se acordaba del nombre de mi esposa. Lo cual, me vino bastante bien porque no paraba de llamarla como a sus hermanas... Es que mi esposa también es octilliza... Es un caso único de la naturaleza. Y lo de Guillermino, también, ¿eh? Es un caso único de la naturaleza, no sólo por su fobia extrema sino por su memoria... Yo a veces he llegado a pensar que en verdad es hijo de un elefante. Teniendo en cuenta el ambiente circense, no sería de extrañar... Allí todo el mundo se acuesta con todo el mundo.
INFANCIA Y COLOCACIÓN PROFESIONAL
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Mi infancia fue una puta mierda. Imagínenselo. Vivía en un cuchitril pequeñito con mis padres, los dos payasos de profesión, mis cinco hermanos, que también eran payasos, y un chimpancé, que fue mi mejor amigo hasta que decidió dejar de comer plátanos y disfrazarse de payaso. En casa no podía estar. De hecho, hubo un tiempo que mis padres se preocuparon porque no podía emitir sonido alguno y creyeron que era mudo. Lo que pasaba es que de tanto gritar de miedo me había quedado afónico. Recuperé el habla una semana que se fueron todos los familiares de gira por Rumanía. Creo que fue la mejor semana de mi vida. Ya después volvieron mis padres y volví a enmudecer después de estar media hora gritando como un loco poseso delante de la puerta de la casa. En la escuela las cosas no fueron mejor... Tuve una educación muy pobre en cuanto a cultura general se refiere. No sé leer, no sé escribir, no sé quién fue Cristóbal Colón... Ahora cuando acabemos la grabación les agradecería que me lo contaran, gracias... Tampoco sé sumar, restar, multiplicar, dividir... No... Sólo sé hacer cosas de payasos. Me sé la vida y milagros de los payasos más famosos de la historia, como IT el payaso asesino, Krusty, Popy, Pagliacci, Miliki, Bozo... Como no hablaba mucho porque me quedaba afónico con frecuencia, me orientaron a la carrera de mimo. Esos son los peores payasos que hay... Aprendí a hacer miles de trucos de mimo, como el de la cuerda, el yoyó, la pared... Fue muy triste. Lo peor de todo era vivir con miedo constante. Estaba en casa y tenía miedo. Salía de casa, paseaba por Clown Street y tenía miedo. Llegaba al colegio y tenía miedo. Almorzaba en el McDonald's y tenía más miedo... Cuando abrieron el Burger King, les juro que no cabía en mí de gozo. Aunque ese gozo no duró mucho, porque descubrí que era republicano y la idea de ver al Rey ese no me hacía gracia... Pero bueno, volvamos a mis tiempos escolares. Pese a tener muchísimo miedo y mi carácter introvertido, acabé matriculándome con honores como mimo... Mis padres estaban orgullosísimos de mí... Total, que acabé trabajando de eso, aunque últimamente gracias al doctor Mangorreidía me estoy repensando mi futuro profesional...
(Se vuelve a la consulta del psiquiatra)
En efecto, la última vez que charlamos Guillermino y yo en la consulta parecí verlo más reconfortado. Empezamos a hablar y él se sentía muy mal porque decía que era una fobia estúpida y acabé diciéndole que había gente muy famosa que tenía ese mismo miedo, para que no se sintiera tan mal... Y al salir el nombre de Johnny Depp no sé por qué pero se sintió muy aliviado...
(Se vuelve al sofá de Willy el Payaso)
¡Tengo un plan maligno! Extorsión. La idea es ir a casa del señor Depp, asustarlo un poco y sacarle toda la pasta que pueda. Ya me lo imagino, atado a una silla... Yo paseando majestuoso delante suya y diciéndole 'Señor Depp, esto puede hacerse de una forma fácil o difícil... Me he visto todas sus películas y me sabría mal tener que hacerlo por el método difícil...' Él se negaría a cooperar. Siempre pasa. Es el estándar. Y entonces le diría: 'Señor Depp, no me obligue a ponerme la nariz de gomaespuma'. Y el gritaría desesperado 'No!!! La nariz no!!! Cualquier cosa menos eso!!' Por favor, no le cuenten nada al doctor, que dice que he progresado bastante en los últimos tiempos y no quisiera decepcionarle.
VIDA COTIDIANA
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Mi vida cotidiana es tormentosa... Es terrible, ¿eh? Desde que me levanto hasta que me acuesto mi vida es un auténtico infierno... ¿Ustedes han oído hablar de que los monos no pueden verse reflejados en un espejo porque les da un síncope y se vuelven muy agresivos? A mí me pasa algo similar...
(Se ve el cuarto de baño de Willy el Payaso. Se enciende la luz, entra Willy y se mira en el espejo. Empieza a gritar desconsoladamente. Después de apartar la mirada y de calmarse un poco, vuelve a mirar y a gritar otra vez. Se vuelve al salón de Willy)
Es un infierno, me quedo lo menos una hora gritando solo, asustado de mi propio reflejo... Después, el trabajo es una mierda. Dejé lo de la mímica a las primeras de cambio y pasé a trabajar como payaso único en circos, ferias, fiestas infantiles... Si trabajo con alguien más del gremio me acojono, me bloqueo y no puedo. Además, ahí me va muy malamente, porque no soy una persona muy divertida y mis chistes son pésimos. Mi mejor chiste es este: 'esto es un calvo que entra en una peluqería y dice: 'perdonen, me he equivocado'. Yo me parto con él, pero el resto de la gente no... Así pues, el público se aburre... Llevo cerca de un mes en paro... Me estoy pensando muy seriamente eso de extorsionar a Johnny Depp...
LO PEOR
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(Se levanta del sofá, se le ve andar y se le escucha gritar)
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