La llegada…
Abro los ojos, y me despierto ante una cegante realidad,
todo me resulta nuevo y absurdo,
siento el frio quemando mi fina y dulce piel,
y mi llanto incontrolable arranca lágrimas que bañan sonrisas.
Mis oídos son acariciados por dulces palabras,
de esa voz que más de una vez he oído,
que entre nubes jugaba a
dibujarme una vida preparada.
La oscuridad que me envolvía,
se ha convertido en fina capa,
opaca neblina,
que esconde un mundo que deberé descubrir.
Quedan muchos momentos por vivir,
una caja de sorpresas será mi compañera,
unos cálidos brazos mi mejor abrigo y
esa voz,
la guía que dirija mi camino…
…………..
Fervorosa Adolescencia
Cuando miro atrás solo veo un pasado cercano,
solo recuerdos de infancia,
ansiosos por ser ignorados.
Siento el poder entre mis manos,
pensando que nada es imposible,
que todo lo que tenía que aprender,
en mi mente está guardado.
Sentir entre penumbras unos labios,
insólitamente besarlos,
y al poco tiempo descubrir,
que tengo otros nuevos
febrilmente exacerbados.
Tener la fuerza para romper,
con las reglas de lo pactado,
creer que el mundo es pequeño,
cuando decides empezar a caminarlo.
Con las ilusiones voy de la mano,
avanzando paso a paso,
sin sentir el miedo correr por mis venas,
sin saber lo que es el fracaso.
…………..
Lúcida Madurez
Muchas huellas abandonadas quedan tras de mi,
sueños rotos y ahogados
en unos recuerdos lejanos.
Viajar con la esperanza,
de que aún quedan cosas por acabar explorando.
Ser iluso pensando,
que el camino está clausurado.
Sin darte cuenta,
aún llevas las riendas,
que el caballo solo ha parado,
para recrearte en la belleza del paisaje
tantas veces repudiado.
Vivir cada atardecer con la seguridad,
de que el sol regresará tarde o temprano,
que el otoño es solo un aviso,
de la llegada del invierno,
frío y despiadado.
……….
Mansa Despedida
Por tus dedos corren tintas de amarguras,
en tus arrugas se leen historias acabadas,
por tus cabellos blancos resbala la luna
para acariciar tus pestañas.
En tus ojos se leen cada una de tus madrugadas,
sabiduría latiente entre lágrimas derramadas,
llantos que se ocultan,
al no sentir el cruel fracaso y
sorprenderte triunfante por haber conseguido tanto.
Despedirte cada noche del sol,
por si no te visita la mañana,
esperando descansar tranquilo
después de tan largo e inexorable camino.
Dejar algo de ti grabado,
para que jamás caigas en el olvido…
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